Los delitos financieros en la era de la virtualidad

COLUMNA DE OPINION

Por Dr. Fernando Di Pasquale | El autor hace una análisis acerca de los desafíos que plantea la era digital para quienes se dedican a la prevención de los delitos financieros y, en particular, los oficiales de cumplimiento. El futuro de nuestra actividad económica se está convirtiendo cada vez más digital, y ello requiere con urgencia nuevos análisis, evaluaciones e investigaciones sobre lo que el ciberdelito puede traer aparejado en materia de lavado de dinero. | 19/05/2015

A principios del mes de mayo tuve el agrado de participar del “1er. Congreso Internacional de Prevención de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y Financiamiento al Terrorismo CIPORPI/FT”, realizado en la ciudad de México, en el cual me tocó disertar acerca de los desafíos que plantea la era digital para quienes se dedican a la prevención de los delitos financieros.
La exposición obviamente comenzó con una afirmación: “El futuro de nuestra actividad económica se está convirtiendo cada vez más digital, sin embargo todavía hoy sigue un tanto subestimada. Estamos todavía en una etapa relativamente temprana de una sociedad digital que requiere con urgencia nuevos análisis, evaluaciones e investigaciones para soslayar los problemas que pueden traer aparejados en materia de lavado de dinero y sobre todo para abordar lo que se da en llamar el ciberdelito”.

El factor de las nuevas generaciones

Si a este comienzo de la era digital le sumamos el avance de la demanda de lo tecnológico a partir de las nuevas generaciones “Y” y “Z”, va a ser muy difícil evaluar hasta donde llegará la era de la virtualidad y sus consecuencias (buenas y algunas no tanto) en materia de delitos financieros. Estas nuevas generaciones, especialmente la “generación Y” ya son los clientes de nuestros sujetos obligados, especialmente las entidades financieras.

Para dimensionar esto podemos decir que en Latinoamérica, hoy los adultos de entre 18 y 30 años – “generación Y” – que demanda tanta tecnología, representa el 27% de la población. just ask El 90% siempre está online y cada vez más bancarizados a partir de nuevos canales de vinculación con el banco, por ejemplo redes sociales. Esto explica lo que hoy se da en llamar la “Omnicanalidad”, interacciones con los clientes a través de canales digitales, un servicio multicanal.
Según estadísticas de la ONU, en 10 años las generaciones “Z e Y” representarán el 74% de la población mundial. En los próximos 4 años los usuarios de smartphones llegarán al orden de los 5.2 billones.
Con esto demostramos que este cambio generacional evidencia la utilización de lo digital como únicos medios de pago por ejemplo. Crecerá indudablemente la utilización del dinero electrónico – monedas virtuales.

Innovaciones que desafían la virtualidad
Dependiendo con quien se hable, algunos pueden decir que la era digital genera nuevas oportunidades y otros consideran la aparición de nuevos riesgos. Puede ser una oportunidad por ejemplo para la inclusión financiera pero también de riesgos para lo cual debemos modificar procesos, estructuras y normas.

Ciberdelito
La terrible paradoja es vivir en el siglo 21 cada vez más dependientes de la virtualidad pero recibiendo cada vez más ciberataques. Un tema que preocupa es la electricidad, por ahora nadie logró crear el semejante trastorno de provocar un apagón, pero el sector energético de EE.UU por ejemplo recibe permanentemente ataques los cuales son patrocinadas por estados “enemigos”.
Una investigación del diario US today de principios de 2015 revela que entre 2011 y 2014 fueron 362 los informes de ataques físicos y cibernéticos contra compañías de electricidad. Sólo en el 2013 el Departamento de Seguridad de EE.UU recibió 161 denuncias de ataques cibernéticos al sector energético, cinco veces superior al 2011.
El gran desafío es que pasa si estos ataques afectan a las redes bancarias, como ocurrió con el JP Morgan y el Citigroup. La discusión hoy es quién se encarga y cómo de esta nueva tendencia ¿es el Estado con la ayuda del sector privado?
En abril de 2015, Barack Obama aprobó una orden ejecutiva, que no requiere del voto del Congreso, que permite por primera vez imponer penalizaciones a los individuos o grupos ubicados fuera de EE. UU que perpetren ataques o espionajes cibernéticos que supongan una “amenaza significativa” a la seguridad nacional, la política exterior, la economía o la estabilidad financiera. Para ello, el Departamento del Tesoro podrá congelar los activos de esas personas o entidades en EE.UU e impedir determinadas transacciones financieras con compañías estadounidenses.

Monedas Virtuales
Las famosas BITCOIN fueron lanzadas en 2009, y permiten a la gente hacer transacciones en internet. Al contrario de la mayoría de las monedas, las monedas virtuales no están respaldadas por ningún gobierno ni depende de la confianza de ningún emisor central.
También dependiendo de con quien se hable, las monedas virtuales como Bitcoin, pueden significar una forma de pago para las organizaciones criminales o la moneda de futuro.
Para los bancos, las relaciones con estos negocios presentan cuatro tipos de riesgos importantes: volatilidad, seguridad, anonimato y en particular, inconvenientes relacionados a la procedencia de los fondos y la posibilidad de ser utilizados para el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
A partir del caso Liberty Reserve, una transmisora de fondos de Costa Rica que utilizaba monedas virtuales y logró llevar a cabo el mayor caso de lavado de dinero de la historia en donde se habrían lavado cerca de USD 6.000 millones, el FinCEN consideró a estas monedas de alto riesgo y comenzó a exigir a los administradores de monedas virtuales para que se ajusten a las regulaciones que rigen para las empresas de servicios monetarios – “Money Services Businesses” – (MSBs).
Estas regulaciones incluyen requerimientos para implementar un programa de identificación del cliente, conservar determinados registros, reportar todas las transacciones mayores a 10 mil dólares, y presentar informes basados en actividades sospechosas.
Distinta es la postura que tomó el gobierno de China, quien directamente no legalizó la utilización de las bitcoins.

Conclusión
Por un lado entre los beneficios, la mayor bancarización de las nuevas generaciones a través de la “omnicanalidad” va a desalentar la informalidad y el mayor uso del efectivo. Existirán mayores canales de acercamiento con los futuros clientes y seguramente con una reducción de los costos transaccionales y menores costos de estructura por parte de los bancos al momento de la oferta de servicios financieros, seguramente en el futuro habrá mucho menos sucursales. Todo esto redundará en una mayor inclusión financiera.
Por otro lado, la virtualidad parece ser una buena plataforma de soporte para el mundo del delito financiero, con carencia de regulaciones y poco expertise aún para regular y supervisar. Asimismo, se presenta la dificultad de poder establecer con claridad la jurisdiccionalidad del delito (virtualidad vs. territorialidad).
Ante todo esto, señores oficiales de cumplimiento, desde ahora no sólo vuestra tarea es la de velar por el cumplimiento de las normas de AML y CFT y evaluar los riesgos de esta problemática, es muy probable que también empiecen a controlar el ciberdelito, las transacciones con monedas virtuales y siempre sin descuidar el negocio y protegiendo la inclusión financiera.

Fernando D. Di Pasquale
www.fidesnet.com.ar