COLUMNA DE OPINION
Por Dr. Fernando D. Di Pasquale | El autor aborda una problemática recurrente en materia de lavado: cómo implementar una matriz de riesgo eficiente para la aplicación del enfoque basado en riesgo. Señala que el gran desafío es saber cómo gestionar los resultados que arrojan. Ciertas entidades/países aplican políticas defensivas y extremas, con un tratamiento excluyente a los sectores/clientes “más riesgosos” en materia de lavado de activos, que se denomina “de risking”. Avances y desafíos. | 23/06/2015
La aplicación del enfoque basado en riesgo como método para la administración y mitigación de los riesgos de lavado de activos no es una novedad, las buenas prácticas y los estándares internacionales lo enuncian hace tiempo.
Cómo implementar una matriz de riesgo eficiente es el tema recurrente en la agenda de los seminarios de capacitación. El desafío es saber cómo gestionar los resultados que arrojan.
Los organismos de contralor se han alineado a este estándar internacional a partir de las nuevas 40 recomendaciones, emitiendo regulaciones y acompañándolas del correspondiente esquema de sanciones por incumplimiento.
Los sujetos obligados están alcanzados por estas normativas y su deber es aplicar y gestionar los riesgos del lavado de activos en forma eficiente, cumpliendo con las regulaciones vigentes, sin perder de vista “el negocio”, fundamental para su subsistencia y maximizar sus resultados.
Sin embargo, la gran presión normativa desde hace más de 10 años, los costos de implementación de políticas de compliance y las altas sanciones impuestas por los organismos de contralor, han generado la reacción de ciertas entidades/países aplicando políticas defensivas y extremas, dándole un tratamiento excluyente a los sectores/clientes “más riesgosos” en materia de lavado de activos.
El término utilizado para esta nueva situación es denominado “de risking”.
El temor a las penalidades económicas, a la difusión pública y su consecuente impacto reputacional parece pesar bastante al momento de decidir mantener en cartera a los clientes perfilados como de alto riesgo.
Es frecuente la publicación de artículos referidos a las multas millonarias impuestas a bancos reconocidos a nivel mundial, al cierre de cuentas de corresponsalía, al cierre de cuentas a personas extranjeras o expuestas políticamente. Uno de los efectos no deseados de esta práctica es la de exclusión del sistema formal tanto para personas físicas, jurídicas, sectores con determinadas actividades y hasta para determinados países.
Pareciera que todo exceso tiene una contrapartida negativa, en este caso se llama “de risking”, y que justamente no es minimizar riesgos sino es resignar negocios para evitar riesgos.
El GAFI no es ajeno al impacto de esta problemática, tal es así que en la reunión Plenaria de Paris en octubre de 2014 se planteó el efecto “de risking”, aclarando la necesidad de realizar una gestión adecuada del riesgo a los efectos de evitar aplicar medidas extremas por parte de los sujetos obligados y reguladores.
La inquietud que se planteó fue si al riesgo hay que evaluarlo y saber administrarlo (“obviamente lo políticamente correcto”) o directamente eliminarlo y a que costo.
Asimismo, ha destacado que la aplicación adecuada del enfoque basado en riesgos es “caso a caso” y no en forma general, presentando como caso extremo la decisión de eliminar a la totalidad de los clientes de riesgo alto, discontinuando la relación comercial con determinados sectores, por ejemplo los clientes de banca corresponsal latinoamericana que operan con bancos norteamericanos.
El hecho de tener el mote de pertenecer a un sector de la economía (cooperativa, mutual, casino, casa de cambio, etc.) no es razón suficiente para ser excluido del sistema formal.
Por otra parte, en marzo del 2015 el GAFI participó del Foro Consultivo del Sector Privado en Bruselas, en donde reitera su posición sobre “de-risking” y la necesidad de que las instituciones financieras y otros sujetos lleven a cabo la correcta aplicación del enfoque basado en el riesgo. Instó a los participantes del Foro a compartir estadísticas o experiencias con el fin de poder identificar la magnitud de este problema.
El GAFI entiende que liberarse del riesgo o riesgo cero, puede introducir mayor riesgo ya que expulsa del sistema formal a los clientes y se contrapone con el seguimiento de los fondos a través de entidades reguladas, situación que es inviable en entidades no reguladas o informales. La inclusión financiera es fundamental.
Luego de tanta presión, este nuevo efecto concientizador del GAFI destacando la necesidad de una gestión eficiente de los riesgos ¿logrará revertir las consecuencias actuales?
El desafío está planteado, auguramos un equilibrio justo para el bienestar del sistema integral de prevención y consideramos que es imprescindible que las legislaciones establezcan pautas claras de eximición de responsabilidad para quienes actúen en forma diligente.
Fernando D. Di Pasquale